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Indudablemente la tecnología es uno de los principales responsables de la situación que actualmente guarda el mundo, para bien y para mal. Los avances tecnológicos nos permiten gozar de cambios importantes en diferentes ámbitos, como comunicación instantánea desde cualquier parte del mundo, acceso a una cantidad infinita de información, dispositivos para monitorear nuestra salud y mejorar nuestra esperanza de vida, avances médicos que curan enfermedades que hace años era imposible, transacciones financieras desde un dispositivo móvil, medios de pago sin necesidad de un intermediario tradicional, etc.
Afortunadamente, los avances tecnológicos en general, se encuentran disponibles para todos aquellos que queramos desarrollar nuevas aplicaciones que nos hagan la vida más fácil; desafortunadamente, también lo están para mentes que no están pensando en el bien común; por ejemplo, la delincuencia organizada y su voraz interés por hacer aparentemente legales las ganancias de sus deleznables actividades.
La sobrada capacidad financiera de los grupos delincuenciales, así como una motivación real y urgente por incorporar los recursos ganados ilícitamente al sistema financiero, pone en la retaguardia a las instituciones financieras y a las entidades gubernamentales que regulan y supervisan los sistemas financieros, Es evidente que éstas últimas frecuentemente cuentan con recursos limitados. También hay que decirlo, es usual encontrarnos con que el compromiso de las instituciones financieras por establecer controles anti-lavado y aplicarlos a su operación diaria, es mínimo y esto permite resquicios que son aprovechados por la delincuencia para filtrar sus operaciones con recursos de procedencia ilícita.
En definitiva, los atributos de la tecnología de aportar beneficios a la humanidad y crear mejores herramientas de utilidad para simplificar el ahorro de tiempo y esfuerzo de trabajo, son también aprovechados por la delincuencia organizada para optimizar sus métodos de lavado de dinero.
En el caso del entorno financiero, en los últimos años se han desarrollado nuevas formas de pago, que son el resultado del esfuerzo de las instituciones financieras por mejorar sus márgenes de utilidad, llegar a un base de clientes más amplia y aprovechar la innovación tecnológica. Los medios de pago electrónicos incluyen Tarjetas Pre-pagadas (Prepaid cards), Servicios de Pago sobre Internet (Internet Payment Services), Servicios de Pago Móviles (Mobile Payment Services).
Si bien en estricto sentido las bases de operación de estos métodos de pago se llevan haciendo por varios años (las instituciones financieras llevan algunas décadas ofreciendo acceso remoto a cuentas de clientes), las características de operación de estos relativamente nuevos servicios elevan el riesgo de lavado de dinero debido a la incorporación de terceros actores (más allá del cliente poseedor de la cuenta y la institución financiera); por ejemplo, tiendas de conveniencia, que no necesariamente empatan con la figura de un proveedor de servicios financieros y, por consecuencia, escapan a la aplicación de la regulación establecida.
Como se hace mención en FATF Report. (October 2010) otros riesgos importantes que se identifican con la incorporación de medios de pago electrónicos son:
- Nula (o débil) identificación del cliente o beneficiario real de los recursos.
- Métodos de fondeo de los instrumentos; riesgo mayor en el caso de las tarjetas de prepago.
- Establecimiento de límites: montos en las cuentas, montos por transacción, frecuencias de uso del mecanismo de pago, geográficos.
¿Qué tan propicio para el lavado de dinero puede ser un instrumento basado en medios de pago electrónicos? Eso dependerá de la configuración de sus atributos.
Fuera del sistema financiero tradicional, la aparición de las Criptomonedas (también conocidas como Divisas Virtuales), brindan una importante alternativa, a aquellos grupos de personas con dificultades para acceder a servicios bancarios.
Bitcoin es tal vez la criptomoneda más conocida porque es la que mayor aceptación ha tenido. Sin embargo, no es la única que podemos ubicar en el mercado pues existen al menos unas 1397 divisas virtuales más (de acuerdo con el registro que lleva el sitio web: coinmarketcap.com), y algunas más que hoy ya son historia con desenlaces inclusive trágicos.
Quienes están a favor de las criptomonedas, arguyen una serie de ventajas entre las que se encuentran, una mayor rapidez para la ejecución de las transacciones y la ausencia de una autoridad central que respalde la divisa, así como de intermediarios, (lo que elimina comisiones adicionales que en divisas tradicionales elevan el costo de las transacciones). Quienes están en contra alegan como una desventaja y amenaza, la capacidad de mantener anónimas a las personas que forman parte de la transacción, lo cual, argumentan, promueve y fomenta actividades ilícitas, entre ellas, el terrorismo, la trata de personas y prostitución infantil, tráfico de drogas, etc.
La realidad es que la tecnología que soporta las criptomonedas, el Blockchain, permite llevar un registro detallado del historial transaccional de una moneda y esto incluye los datos de las personas involucradas en la transacción. En gran medida, depende de la casa de cambio que negocia las criptomonedas, alinearse a la regulación anti-lavado; tal es el caso de la casa de cambio mexicaba Bitso que, por iniciativa propia, incorpora controles anti-lavado en su modelo de operación y procesos tales como una política de identificación y conocimiento del cliente, así como el monitoreo en operaciones y generación de alertas para detección de operaciones ilícitas.
Es importante estar consciente que el avance tecnológico no se detendrá y que nuevos esquemas de comercialización, pagos y transacciones financieras estarán apareciendo y junto con esto, nuevas tipologías y esquemas de lavado de dinero.
La disminución del uso de efectivo (impulsada por la evidencia de que es más fácil, barato y seguro utilizar dinero electrónico) es un factor adicional que impulsará el desarrollo e implementación de nuevos mecanismos de pago, adicionales a los que ya existen.
En el pasado año, 2017, se anunció que el municipio cántabro de Suances experimentaría a partir del 19 de octubre de ese año, un mes como la primera localidad “libre de dinero”, refiriéndose al uso de efectivo). Entre sus motivadores principales se encontraba disminuir la dependencia del uso del efectivo y promover las ventajas de la digitalización, desde el enfoque de una nueva realidad. Miguel García V. (Octubre 2017).
La desaparición del uso del efectivo o disminución de su uso es un golpe muy importante a los esquemas y tipologías de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo. Su condición para mantener anónimo a los perpetradores del blanqueo de capitales es la principal característica por lo que este instrumento de pago es el primer eslabón en la cadena del proceso de blanqueo de capitales.
Al disminuir la circulación de efectivo, las alternativas para realizar pagos se centralizarán prácticamente en medios de pago electrónicos y, por lo tanto, estos mecanismos se convertirán en el primer eslabón de la cadena para el proceso de lavado de dinero.
Como mencionamos anteriormente, los medios de pago electrónicos junto con la tecnología Blockchain, además de ser más eficientes, seguros y rápidos, ofrecen la trazabilidad que se requiere para monitorear y detectar estructuraciones de transacciones orientadas a lavar dinero.
¿Qué sigue para los lavadores de dinero cuando hay menos efectivo y más transacciones con medios de pago electrónicos? La respuesta: robo de identidad, estructuraciones de transacciones más complejas, más transacciones en países con regulaciones laxas, continuar con el uso de empresas fachada, altos volúmenes de transacciones fraccionadas.
El antídoto a este contraataque es, nuevamente, la tecnología. Afortunadamente estamos viviendo una etapa de adopción tecnológica en donde la Inteligencia Artificial está jugando un papel muy importante y está permitiendo la actualización de sistemas anti-lavado basados en técnicas que ofrece esta rama de la computación. Estas técnicas permiten el análisis de grandes volúmenes de información con base a heurísticas diseñadas con redes neuronales; de entre estas técnicas la más conocida es Deep Learning.
Gobiernos, industria financiera e industria tecnológica, también están conjuntando esfuerzos y como resultado aparece un nuevo tipo de proveedor tecnológico orientado a facilitar y elevar la eficiencia de las funciones de las áreas de cumplimiento; son las empresas RegTech (Regulation y Technology) las cuales cimientan su oferta de valor en plataformas tecnológicas que utilizan tecnología de tendencia, como Inteligencia Artificial y BigData, permitiendo así a las instituciones financieras reguladas, atender las disposiciones contra el lavado de dinero, de manera más fácil, con menos recursos, además de adquirir mayor flexibilidad para responder a la actualización de la regulación.
La regulación antilavado y los esfuerzos globales y conjuntos entre naciones, complementa a la tecnología y si ambos aspectos logran amalgamarse adecuadamente, el futuro de la lucha contra el lavado de dinero se antoja prometedor.
FATF Report. (October 2010). Paris, France : Money Laundering Using. Neww Payment Methods.
http://www.fatf-gafi.org/media/fatf/documents/reports/ML%20using%20New%20Payment%20Meth ods.pdf
Miguel García V. (7 de Octubre de 2017). El país «El fin del dinero en efectivo». México: https://elpais.com/elpais/2017/10/07/eps/1507327537_150732.html