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México se ha posicionado como un país atractivo para el ecosistema de criptomonedas, tanto por los usuarios de estos instrumentos como la llegada de plataformas, foráneas o nacionales, para ofrecer productos con dichas herramientas. 

De acuerdo con el índice de Adopción de Criptomonedas de la empresa Finder1, en México 12% de la población posee criptomonedas, siendo bitcoin la moneda más popular entre la población, seguida de Ethereum y Binance Coin. 

Asimismo, según la Encuesta Global de Consumidores de la Statista2, en México 9% de la población afirma utilizar criptomonedas, lo que lo hace el decimosexto país con mayor adopción de estos instrumentos. 

En México, existen 23 plataformas formales operando la compraventa de criptomonedas; sin embargo, también hay otras 12 que no están registradas ante la autoridad y, por lo tanto, están en la ilegalidad. 

Este contexto me da pie para develar detalles del caso Zaragoza, que es una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la cual abarca a una familia completa relacionada con la compraventa de criptomonedas, en una plataforma ilegal para comercializar estos instrumentos y una historia con el tufo de lavado de dinero

La historia comienza con Rodrigo “Z”, un joven de 31 años radicado en Michoacán, que pudo haber pasado desapercibido como una persona más que utiliza el sistema financiero para sus movimientos; sin embargo, la cantidad, el origen y destino de los recursos, así como operaciones relacionadas con criptomonedas, hizo que se activaran las alertas del sistema financiero. 

De acuerdo con la investigación a la que tuvo acceso este servidor, entre el 2015 y el 2017, Rodrigo “Z” recibió cerca de 20.5 millones de pesos provenientes de entidades como Baja California, Sinaloa, Sonora, Ciudad de México, Nuevo León, Michoacán, así como de otras regiones catalogadas como de alto riesgo. 

Sin embargo, esto no fue lo que detonó el inicio de la investigación. Lo que realmente llamó la atención de la autoridad es que, entre julio del 2020 a mayo del 2021, Rodrigo Z compró bitcoin por el equivalente a 9.1 millones de pesos. A partir de ahí, el seguimiento del camino del dinero comenzó. 

Inmediatamente, las autoridades identificaron operaciones relacionadas con Guadalupe Z, tía del principal señalado. En el expediente de esta persona, de 52 años de edad, se encontró que entre el 2019 y el 2020 realizó depósitos en efectivo por 2.7 millones de pesos. 

Pero, nuevamente, esto no fue el foco de atención, lo verdaderamente llamativo de Guadalupe Z fue que, entre noviembre del 2019 a abril del 2020, realizó depósitos por 28 millones de pesos, mismos que fueron enviados para Rodrigo Z y la firma CT O (CT Option Trading), empresa que opera criptomonedas y que no está registrada ante el Servicio de Administración Tributaria. 

Y así, el expediente refiere operaciones de Andrea Z (prima), Víctor Z (primo) y Carlos Z (familiar). De todos ellos, la UIF tiene detectados movimientos relacionados conCT O y otras empresas que la autoridad considera fachada, que tienen relación con criptomonedas. 

Por ejemplo, en el caso de Víctor Z, de 21 años de edad, se encontraron operaciones con criptomonedas relacionadas con empresas fachada, así como con algunos sujetos involucrados en fraude cibernético, crimen y desvío de recursos. 

En el caso de Andrea Z, se le identificaron depósitos en efectivo millonarios, por cerca de 1.9 millones de pesos, pero también la recepción de recursos provenientes deCT O, Rodrigo Z y de empresas reportadas por desvío de dinero. 

El tema de todos estos movimientos de recursos gira en torno a la plataforma CT O, la cual fue constituida en el 2018 para, según su información, compraventa, importación, exportación, almacenamiento, fabricación, transformación, conservación, consignación, intermediación, adquisición y producción de bitcoins, litecoins, nipple y otras divisas

Sobre esta empresa, la cual no está autorizada para captar recursos ni está inscrita en el padrón de sujetos obligados en el sector de activos virtuales, la autoridad identificó que su domicilio fiscal es una fachada, mientras que la firma no tiene ni página de internet y el accionista mayoritario es un joven de 28 años y posiblemente se trate de un prestanombres. 

En los registros financieros de esta empresa, se encuentran transferencias por 1.9 millones de dólares a Estados Unidos y de 960,000 dólares a Emiratos Árabes, realizadas en noviembre del 2019. Mientras que entre diciembre del 2020 y abril de este año, recibió cantidades por 2.9 millones de dólares provenientes de la nación emiratí

Según el conteo global, toda esta red de movimientos arrojó un saldo de 66 millones de pesos transaccionados, además de que se identificaron operaciones relacionadas con fraude, crimen organizado y con la firmaCT O. 

Si bien no existe una página de CT O, lo que pudimos encontrar es que esta firma todavía tiene vigente su aplicación móvil (CitiWallet), la cual puede ser descargada de la tienda de aplicaciones de cualquier teléfono inteligente… eso sí, ya con fallas desde que se abre. 

Hasta el momento, son pocos los casos que la autoridad ha trabajado y que tienen relación con las criptomonedas. De acuerdo con la firma Chainalysis, a nivel global menos de 1% del total de recursos movidos por criptomonedas proviene de delitos. 

La autoridad continúa con las pesquisas sobre este caso, que posiblemente sea uno de los grandes referentes de hacía donde deben de conducir las investigaciones cuando se hable de criptomonedas y lavado de dinero. 

Esté artículo fue realizado por Fernando Gutiérrez, el cual es de opinión y responsabilidad de quién lo escribe, Spot solo es un medio de publicación


  1.  Finder. (2021). Índice de Adopción de Criptomonedas de Finder. 2021, de Finder Sitio web: https://www.finder.com/mx/indice-de-adopcion-de-criptomonedas-de-finder 
  2. Statista. (2021). La adopción de las criptomonedas en el mundo. 2021, de Statista Sitio web: https://es.statista.com/grafico/18425/adopcion-de-las-criptomonedas-en-el-mundo/