En el 2017 se hicieron revisiones a 24% de las entidades financieras, pero desde el 2018 la tendencia fue a la baja, de modo que para el 2021, solo dos de ellas fueron supervisadas.
La crisis económica que provocó la pandemia fue el principal motor del incremento en el flujo de remesas desde el 2020 a la fecha, admitió el director del Think tank Signos Vitales, Enrique Cárdenas.
La penuria de la gente en México obligó a familias enteras a migrar hacia Estados Unidos y muchos más hogares de los que regularmente recibían remesas comenzaron a captar aportaciones de familiares que trabajan en el exterior, particularmente familias que dejaron de pertenecer a la clase media, agregó.
Información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), evidencia que entre el 2010 y el 2020 se redujo el número de personas que pertenecían a la clase media, de 53.4 millones a 47.2 millones documentados a fines del 2020.
Explicó que aún así, no se puede afirmar con contundencia que el incremento del flujo de remesas a México tras la pandemia esté explicado por esta situación sanitaria y económica.
A partir de noviembre del 2018 y hasta diciembre del 2022, la tasa media de crecimiento anual del envío de remesas fue de 16.6%, que es casi el doble de la tasa observada entre septiembre del 2014 y octubre del 2018, que fue de 8.6%, señaló.
Es decir, la aceleración del envío de remesas ocurre desde el 2018 y no se ve un punto de inflexión en el 2020.
El funcionario fue entrevistado luego de que el director de Estadísticas Económicas y el Foro de Remesas de América Latina del Centro de Estudios Monetarios de Latinoamérica (CEMLA), descartara que las remesas son utilizadas como vehículo para lavar dinero, como lo afirma un análisis de Signos Vitales.
Autoridades tienen que hacer precisiones
Cárdenas precisó que se requiere una postura oficial, de Banco de México y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) sobre los controles que tienen para las remesadoras.
Explicó que, vía transparencia, solicitaron información sobre el número de entidades supervisadas en materia de lavado de dinero, donde se encuentran 47 transmisores de dinero que operan en el país.
En el 2017 se hicieron revisiones a 24% de las entidades financieras, pero desde el 2018 la tendencia fue a la baja, de modo que para el 2021, solo dos de ellas fueron supervisadas. Esta información fue proporcionada por la CNBV al think tank.
Por otra parte señalaron que “las instituciones financieras en el país están obligadas a reportar al Banco de México los montos, el estado de procedencia (siempre y cuando vengan de Estados Unidos y el lugar de cobro de las remesas”.
“Esas instituciones dejaron de reportar el estado de procedencia de transferencias por un monto de 927.1 millones de dólares durante el 2022”.
Fuente El Economista