El exagente contó de sus fiestas salvajes y sexo con dinero federal, además dijo que la guerra contra el narcotráfico es una misión “imposible”
Un agente antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) que fue sentenciado a más de 12 años de cárcel por el delito de fraude bancario y lavado de dinero para un cártel colombiano dio su testimonio recientemente.
José Irizarry contó de sus fiestas salvajes y sexo con dinero federal, además dijo que la guerra contra el narcotráfico es una misión “imposible”. “Teníamos vía libre para hacer lo que quisiéramos”, relató.
“Hacíamos recolectas de dinero en los lugares a los que queríamos ir. Y una vez ahí, todo era alcohol y chicas”, declaró José Irizarry a la agencia AP en una serie de entrevistas concedidas antes de comenzar la sentencia federal en prisión.
Irizarry acepta que ser conocido como el agente más corrupto en la historia de la DEA y admite que se “convirtió en otro hombre” al controlar gran cantidad de dinero. Vivió por casi 10 años una vida de lujos: viajes de placer y los mejores boletos para distintas clases de eventos deportivos como duelos del Real Madrid y Rafael Nadal, celebraciones desenfrenadas y más.
El exagente de 48 años y su esposa, Nathalia Gómez-Irizarry, fueron arrestados en febrero de 2020 en San Juan (Puerto Rico). Las autoridades acusaron entonces a la pareja de estar involucrada en una trama que durante 7 años desvió más de 9 millones de dólares de investigaciones encubiertas de lavado de dinero de la DEA a los bancos.
Embarra a funcionarios de la DEA
Irizarry también acusó a colegas de la DEA de unírsele para robar millones de dólares de operaciones encubiertas de lavado de dinero del narcotráfico para financiarse una década de lujos. Incluso, nombró a autoridades estadounidense que siguen dentro de este “negocio”.
Para Jaime Antezana, especialista en termas de terrorismo y narcotráfico, el testimonio del exagente demuestra una red de corrupción “terrible” y a nivel global.
“Sobre la DEA se dicen tantas cosas. Incluso, mucha gente ha llegado a decir que la DEA manejaba el narcotráfico. Sí puede tener este tipo de corrupción interna. Negocian con los narcotraficantes o se quedan con droga, como cualquier otra policía del mundo. Se hacen amigos y ahí pasa de todo”, asegura Antezana.
Docenas de otros agentes federales, fiscales, informantes y los mismos narcos de los cárteles, conocidos como “Team América”, estaban inmersos en un paseo de ensueño con un yate colombiano por tres continentes. Usaban dinero proveniente del lavado de dinero para comprar alcohol, prostitutas y asistir a clubes de striptease, como ocurrió en Ámsterdam.
“Todo lo que dice este exagente de la DEA es cierto. Los policías, como saben que no pueden vencer a un enemigo tan poderoso, un negocio ilegal, terminan por utilizar sus cargos para negociar con ellos y terminan involucrándose, facilitar el tráfico, e incluso, en muchos casos, ellos mismo se involucran en el tráfico de drogas.
“La propia DEA termina siendo parte del negocio. Este es un fenómeno recurrente, no de este siglo, sino del siglo pasado. No sé si eso involucra a toda la DEA, creo que es a la red de corrupción (que está adentro)”, añade el especialista.
El acuerdo
Irizarry llegó a un acuerdo con la Fiscalía y se declaró culpable en 2020 de 19 cargos en su contra, entre otros, conspiración para cometer lavado de dinero, fraude bancario y robo de identidad agravado.
Comenzó a implicarse en la trama delictiva poco después de declararse en bancarrota en 2010, cuando usó su puesto como agente especial para desviar hacia él y sus cómplices los 9 millones de dólares procedentes de investigaciones encubiertas sobre lavado de dinero de la DEA.
A cambio, el exagente recibió sobornos y comisiones por un valor de al menos 1 millón de dólares que utilizó para comprar joyas, autos de lujo y una vivienda, algunas de las cuales tuvo que devolver a la justicia.
Para llevar a cabo el plan, Irizarry y sus cómplices utilizaron una identidad robada con la que abrieron una cuenta bancaria donde se depositaban las ganancias de las drogas desviadas. La trama duró el tiempo que estuvo el agente designado en la división de Miami de la DEA y su oficina en Cartagena de Indias (Colombia).
El accionar delictivo de Irizarry y sus colegas partía de la idea compartida entre agentes de la DEA alrededor del mundo de que en realidad no hay nada que puedan hacer para golpear el mundo del narcotráfico.
“No puedes ganar una guerra imposible de ganar. La DEA sabe esto y los agentes saben esto. Hay tanta droga que sale de Colombia. Y hay tanto dinero. Sabemos que no hacemos ninguna diferencia. La guerra contra las drogas es un juego… Era un juego muy divertido que estábamos jugando”, señaló.
“En principio no se puede derrotar al narcotráfico, lo que se tiene que hacer en controlarlo. Hacer políticas de control, control de daños se le llama. En el caso peruano, por ejemplo, lo que tenemos que hacer es tratar de trasladar el narcotráfico a Colombia o a Bolivia, como ocurrió en los 90; Perú quedó con muy poca producción de coca y cocaína”, concluyó Antezana.
Fuente: El Universal